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El tatuaje a través del tiempo


Hoy en día los tatuajes son una moda, son una forma de expresión. Los llevan artistas del cine, futbolistas, cantantes, y hasta muchos de nosotros llevamos uno, si le preguntas a la mayoría o incluso podría afirmar que a todos los que lucen uno lo llevan y presumen con mucho orgullo.



Pero lo que seguro muchos no saben es que el arte del tatuaje no es algo de ahora, éste arte lleva muchos años existiendo, ha tenido una extravagante y hasta podría decir que complicada historia. Y no solo eso, si creemos que hoy en día las personas con tatuajes sufren por los estereotipos tontos de la gente, no se imaginan cuantas veces esto ha sucedido a lo largo de toda su historia.




 Empecemos por los pueblos primitivos, ellos tenían la idea de que si grababan en su piel la forma del animal más temido evitaban tener malos encuentros con él. Llegamos a los egipcios que ya se tatuaban desde la XI dinastía del 2160 al 1994 A.C, en Egipto los tatuajes solo en sacerdotisas, este era un proceso en el que se demostraba valentía y madurez, una de sus momias tatuadas más famosas es Amunet, sacerdotisa de la diosa de Hathor en la ciudad de Tebas. De Egipto surgen los pigmentos de henna y se utilizaba agujas de oro.


 La palabra tatuar viene del ingles tattoo, que esta proviene por los indigenas, la palabra tattu, proveniente de la isla de Tahití en la Polinesia, en la cual los tatuajes eran símbolo de status, la palabra tattu está conformada por la palabra “ta” que significa golpear y de la expresión “tau-tau”, ésta se utiliza para referirse al choque de dos huesos. (Reisfeld, 2004, p. 4). En la Edad Media se llegó a prohibir los tatuajes, vistos como una mutilación al cuerpo heredado por Dios. Esta condena se siguió también durante el período de colonización que precederían a este oscuro tramo, en el siglo XV.

 En Japón se utilizaban para marcar criminales, éstos eran separados de sus familias, en Tokio están los primeros datos sobre el tatuaje “ornamental” en el siglo XVII. En el occidente especialmente en Inglaterra el tatuaje llegó con los marineros y piratas, éstos lo difundieron rápido, se empezaron a establecer puestos de tatuajes situados alrededor de los puertos del mar y fueron nombrados como tatto parlors (salones de tatuajes).

 Yendo por otro lado veamos a la antigua Grecia. Los griegos aprendieron el arte de los tatuajes de los persas, los griegos lo utilizaban para marcar a los esclavos y criminales, para así identificarlos fácilmente si intentaban escapar, después los Romanos adoptaron esta practica de los Griegos, pero como sus ejércitos se formaban por un gran grupo de mercenarios, a estos los tatuaban para identificar a los desertores del ejército. Los autores Griegos y Romanos mencionaban el tatuaje como una forma de castigo.


 Poco a poco se empezó abandonar la idea de los tatuajes en esclavos y criminales, se empezó a ver como algo artístico entre los elegantes de la sociedad, por ejemplo las damas que acompañaban a la emperatriz Eugenia de Montijo, esposa de Napoleon III, lucían unas gotas de agua entre sus pechos, porque los hombres llamaban a ese lugar “el mórbido canalillo”.

 En los años 60 y 70 los hippies lo utilizaron como símbolo de rebeldía, utilizando diseños coloridos, al igual que los “Punk´s” y los “Skin´s” lo utilizaban como símbolo de desobediencia. En los 80s Se abrieron los primeros locales de tatuajes oficiales, reglamentados a nivel sanitario y técnico, llevando así a la “profesionalización del tatuaje”, haciendo así ésta práctica un negocio que satisface necesidades, tanto económicas como estéticas.

 Por mucha suerte en 1891 en Estados Unidos se inventó el tatuaje eléctrico, lo que lo convirtió en el centro de diseño del tatuaje. A medida de como la sociedad fue incluyendo cambios en su lenguaje, pensamiento y comportamiento, el tatuaje fue avanzando por diferentes territorios y así tuvo diferentes significados.




Ballén Valderrama, J., & Castillo López, J. (2015). La práctica del tatuaje y la imagen corporal. Revista Iberoamericana de Psicología: Ciencia y Tecnología, 8(1), 103- 109.


Los tatuajes a través del tiempo

Historia del tatuaje

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